
El otro día me pareció escuchar que, en una relación amorosa, el que espera termina siempre siendo el abandonado.
Por eso pienso citarte en esa esquina, en la única de todo Buenos Aires que no tiene ochava, que infringe la ley del código de edificación y termina en canto vivo y peligroso a noventa grados, y voy a dar vueltas a la manzana sin parar como una loca asi llegamos por casualidad forzada al mismo mismísimo tiempo, eh?