viernes, 11 de junio de 2010


"No hay amor sin dolor", decía mi abuelo Jacobo.
Entonces agarraba mi cabeza y la de mi hermano con sus manos gigantes y gordas y nos hacía chocar a lo bruto las frentes.

Desearía haber podido explicarle que así no funcionaba.

3 comentarios:

Bombón Asesino dijo...

uhhhhh esas enseñanzas durisimas como la frente misma

Satamarina dijo...

JUÁ

Gregorio Omar Vainberg dijo...

jajajajaja,
Pobres frentes de los nietos!!!!